Quizás necesites irte lejos de casa para volver a conocerte, saber que quieres, y aprovechar para conocer un nuevo mundo.

Estos últimos seis días han sido una locura para mi. El primer día de trabajo fue mucho mejor de lo que me esperaba, pensaba que pasaría nervios, pero todo lo contrario, me sentí acogida por mis compañeros y como pez en el agua.

Los animadores no llevamos uniforme, sino disfraces de campesinos como si fuésemos gente que vive en el pueblo, resulta gracioso porque la gente te pregunta si eres un pirata, o que eres,han llegado a preguntarme si es ropa típica de Malta.

Poco a poco me voy sintiendo mucho más cómoda, mas suelta en el inglés, conociendo gente, hablando con compañeros. Es una bonita familia por la que siento orgullo de formar parte. Además es fascinante ver como los niños sonríen cuando les das una figura de globoflexia o vienen bien decididos a que les pintes la cara.

Sin duda esta experiencia me esta ayudando mucho no solo a mejorar el inglés, sino a conocerme mas, a valorar pequeños detalles y a madurar. Verte "sola" en un país que no conoces, con otro idioma, no es para estar de broma. 

Haber elegido hacer un Erasmus ha sido una de las mejores cosas que me han pasado, vivir esta aventura, que aun está comenzando, marcará un gran capitulo para mi vida.

Hoy estando en la playa con mis compañeros de trabajo, he sentido la frase que he puesto de título en esta entrada, "Quizás necesites irte lejos de casa para volver a conocerte, saber que quieres, y aprovechar para conocer un nuevo mundo." Me fui de mi verdadera casa con casi 6 años, crecí en Gran Canaria, la cual considero mi hogar, pero a veces necesitas desplegar las alas y probar nuevos retos que te ayudarán a conocerte, a descubrir de que eres capaz, probar cosas nuevas, conocer gente, mundo, historia...